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jueves, 14 de junio de 2012

El determinismo científico

La ciencia moderna surge de utilizar matemáticas en lo que antes se denominaba filosofía natural. Antes de este proceso, por un lado existía un conjunto de leyes de los diversos campos del conocimiento de la naturaleza que se basaban en la observación cualitativa de hechos. Tras esta observación se recurría a la argumentación justificar la ley. Es lo que se llamaba filosofía natural, cuyo origen y apogeo se dio en la Grecia Clásica. Por otro lado, los métodos matemáticos ya existían en las culturas de Egipto y Mesopotamia. No era una matemática formal ni teórica sino totalmente aplicada a problemas concretos. ¿Cómo ocurrió esta convergencia que dio lugar a la ciencia actual?

 A mi entender  tuvo que darse en un proceso largo de varios siglos de duración. Fue en el XVI cuando se registra históricamente los primeros indicios de la ciencia tal y como la conocemos hoy. En el proceso de transición se desarrollaron las matemáticas, no sólo  los objetos matemáticos que permiten resolver problemas (aritméticos, geométricos, algebracios,etc...) si no que también la interpretación del aparato matemático. Así aparecieron elementos como los límites, los ejes de coordenadas, el cálculo infinitesimal. Estos elementos no nacieron por casualidad, sino que evidencian la inquietud de los matemáticos de expresar la realidad mediante relaciones matemáticas. A la par, la propia argumentación racional encontraba razones para creer que ella misma no se bastaba para trascender más allá del lenguaje. La razón no escapa de sí misma para llegar a lo que no es parte de ella. Es necesario por tanto que el lenguaje no tenga verdadero significado. Ya no se trata entonces de calificar la realidad si no de cuantificarla. Porque de ésta manera se reduce a una trivialidad esencial. Hay algo más que y. En ello, puedo diferenciar y clasificar, puedo entonces contar. Y ello corresponde al empeño de hacer números la realidad.

 Pero falta algo principal, ¿cómo voy a poder introducir la realidad en la maquinaria matemática? ¿Cómo observar números en la realidad? La solución fue el arte de la medida. Y aunque la respuesta sea corta no está exenta de una enorme complejidad. Podemos entender fácilmente que el científico no mide indiscriminadamente. Tiene que responder a una cuestiones fundamentales que son la esencia de la ciencia. ¿Qué mido? ¿Cómo lo mido? Se trata de redefinir la idea de observación. La primera pregunta la van respondiendo los científicos clásicos midiendo la masa, la velocidad, la intensidad de corriente...El sentido común se ha apropiado de estos conceptos, pero si trascendemos de él comprenderemos que el verdadero conocimiento se esconde en la elección de estas magnitudes y de su posterior relación. Es la esencia del conocimiento científico, obtener las mínimas magnitudes posibles de observar que describen el comportamiento de determinado hecho. Encontrar mediante la medida las leyes que relacionan estas magnitudes. Estas leyes se introducirán en la maquinaria matemática que fertilizará las leyes para dar lugar a teorías. Así que la ciencia no son simplemente números relacionados sino que una vez transcritos al papel, son combustible de una maquinaria matemática que deriva una cantidad enorme de información. Esta información se reutiliza para seguir buscando qué medir y cómo hacerlo. Esto conforma el cuerpo teórico de una gran teoría y su comprobación mediante la experimentación no sólo del valor númerico de las relaciones sino de la óptima elección de las magnitudes esenciales. De esta manera la ciencia fue acrecentando su influencia. Adquirió no sólo la capacidad de explicar lo que ocurría sino que también la capacidad de explicar lo que iba a acontecer. La ciencia determina previamente el suceso antes de que ocurra, pero no de cualquier manera, sino que lo hace estableciendo leyes de evolución de magnitudes medidas convenientemente elegidas. Esto es lo que se llama determinismo en la ciencia. Las leyes como puntos discretos del hecho, adquirieron evolución para conformar un conocimiento predictivo. Para entender la ciencia no podemos obviar por tanto que la primera cuestión a resolver es en qué magnitudes medibles nos apoyamos para transcribir el lenguaje de las ideas y de los números. Son cuestiones que, por ejemplo la Economía obvia y por tanto no predicen ni describen, sólo ofrecen relaciones matemáticas en casos particulares se aproximan a una construcción ad hoc de la realidad.