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lunes, 24 de enero de 2011

Mirando a través de una doble rendija. El significado dual de las cosas.

El experimento original de la doble rendija fue ideado y puesto en práctica a principios del siglo XIX por Thomas Young para discernir entre la dos posibles descripciones excluyentes de la naturaleza de la luz, corpuscular u ondulatoria. Fue cerca de 150 años después cuando el mismo experimento fue encargado de transformar la disyuntiva fundamental en copulativa otorgando como esencia de la luz y de la materia, su dualidad. Desde los antigüos griegos se han discernido dos maneras excluyentes de interacción y de propagación en el universo, como unidades discretas de información o como pulsos continuos. Los fenómenos ondulatorios se han relacionado con procesos continuos de absorción, emisión y transporte de energía. El entendimiento de los principios básicos de una onda, la compresión de lo fundamental y trivial de las ondas como una representación continua de un cambio son los que darán lugar a las propiedades comunes ondulatorias y su caracterización. La naturaleza corpuscular, informa sobre aquellos aspectos discretos de la naturaleza y explica cambios no contínuos de estado de la materia y sus interacciones. El entendimiento de los principios básicos de una partícula, la compresión de lo fundamental y trivial de las partículas como una representación discreta de un cambio son los que darán lugar a las propiedades comunes corpusculares y su caracterización. Por tanto, dos son las maneras que tiene la naturaleza de expresarse habitualmente, como un fenómeno ondulatorio contínuo o como un fenómeno corpuscular discreto. Es el propio concepto de ellos, su raíz, la que los hace excluyentes entre sí y no se podía esperar hasta el siglo XX, que ciertas cosas compartiesen ambas naturalezas. Lo que se descubrió con el desarrollo de la Mecánica Cuántica en la primera parte del siglo XX es que entre ambas descripciones que deberían ser excluyentes se deben complementar para tener una explicación completa del comportamiento de la materia y de la luz. Sin embargo, los problemas filosóficos que pudieran plantearse a partir de la aceptación de una doble naturaleza en el marco de un paragdigma probabilístico de los sucesos, podían evitarse, no culpando a la naturaleza de dual, sino culpando a la teoría y a la capacidad limitada de observación de fenómenos. Es decir, la teoría cuántica era la responsable de la dualidad, y se prefirió entender que la teoría era un instrumento potente para predecir resultados del mundo microscópico, pero no describía la esencia del mundo y no se podía entender la naturaleza a partir de ella. Nuestra incapacidad para poder observar ciertos fenómenos era la causante de que se tuviese que recurrir a dicha teoría cuántica. Después de experimentos como la doble rendija, que fue repetido y mejorado durante la segunda mitad del siglo XX, se demostró la que la dualidad de la luz y de la materia, no tenía origen en la teoría utilizada como una herramienta de cálculo, sino que es característica esencial e intrínseca a la propia naturaleza.

Dualidad, significa simultaniedad de dos naturalezas excluyentes, significa que nuestro entendimiento y sentido común está basado en leyes que son solo aproximaciones probables de los principios básicos de existencia de las cosas. Estas aproximaciones son producto de aplicar la probabilidad de los fenómenos aislados a la totalidad de los sistemas complejos. Ejemplos de comportamientos fuera de nuestra lógica convencional serían los ejemplos del mundo cuántico, donde son más probables ciertos sucesos que consideramos imposibles. El suceso imposible, deja de tener una probabilidad nula en el mundo macroscopico, y quizás, en referencia a la teoría cuántica, le podríamos asignar una probabilidad despreciable. En cambio, en el mundo cuántico, ciertos sucesos que en el mundo macroscópico se consideran imposibles, tienen una probabilidad significativa. Ejemplos de ello son, la superposición de estados (que permite a una partícula estar en dos sitios a la vez), el efecto túnel (la mecánica cuántica predice que existe una probabilidad no nula de que una partícula atraviese una pared sin que posea la energía suficiente para ello) y la doble rendija (la propia observación de los fenómenos altera el estado en el que se encuentran).

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